Paul Landowski

En la década de 1850, el doctor Edouard Landowski abandonó Polonia y se trasladó a Francia. Tuvo seis hijos, de los cuales Paul era el más pequeño. En 1882, los dos progenitores de Paul murieron y sus hermanos y él pasaron a estar bajo la tutela de su tío Paul Landowski en un pequeño piso de París.

Cuando su tío falleció, el hermano mayor, Ladislas, pasó a hacerse cargo de sus hermanos mientras estudiaba medicina.

Cuando Paul tenía solo cinco años, sufrió un ataque de ceguera temporal durante el que se aficionó a moldear formas con pan, así que para cuando dejó el colegio tenía dos pasiones: la escultura y la literatura.

Su primera «escultura» de santa Blandina se coció en el horno de pan de Chézy-sur-Marne, donde trabajaba durante las vacaciones escolares. También escribía obras de teatro, poesía y llevaba cuadernos de apuntes sobre las grandes obras literarias que leía.

En 1893, Paul asistía a la Escuela de Bellas Artes Académie Julian además de pasar cierto tiempo en la Facultad de Medicina, donde le encargaban que bosquejara cuerpos diseccionados. Hacia finales de siglo, el trabajo de Paul empezaba a hacerse famoso y obtuvo prestigiosos galardones. Ganó el Prix de Rome en 1900 con su estatua de David.

Pasó una temporada en Italia, especialmente en la Villa Médicis, la Académie Française de Roma. En 1906, regresó a Francia y se mudó a una casa con taller en Boulogne-sur-Seine.

Se casó con Geneviève Nénot en 1907 y tuvo dos hijos, Nadine y Jean-Max. Ambos murieron en 1943 luchando por su país. Geneviève murió en 1912. Sin embargo, Landowski volvió a casarse al año siguiente con Amélie Cruppi, con quien tuvo otros dos hijos, Marcel y Françoise, que disfrutaron de exitosas carreras artísticas.

Paul Landowski combatió en la Primera Guerra Mundial y se le otorgó la Croix de Guerre en la batalla del Somme. A su regreso a París, comenzó a trabajar en la obra de sus sueños Le Temple de l’homme (El templo del hombre), con la que consiguió el aplauso de la crítica, al igual que con la figura Art Déco de santa Genoveva en el puente de la Tournelle, de 1928, y con Los fantasmas, el homenaje de Francia a la segunda batalla del Marne, situado en la Butte de Chalmont, en el norte del país.

En 1929 se convirtió en chef d’atelier en la Escuela de Bellas Artes de París y se mudó a Boulogne-Billancourt. Gozaba del favor de muchos compañeros artistas y arquitectos.

Realizó treinta y cinco grandes monumentos en la ciudad de París y otros doce en las zonas aledañas.

El Cristo Redentor continúa siendo la obra por la que es más conocido. Murió en Boulogne-Billancourt en 1961.

Para saber más del primer libro