Mitos y leyendas

Desde hace miles de años, las Siete Hermanas, inmortalizadas en el célebre cúmulo estelar de las Pléyades, han sido motivo de asombro y fascinación en todo el mundo. Protagonizan mitos y leyendas en casi todas las culturas del planeta. Los griegos, aborígenes, chinos, nativos americanos, egipcios, persas, indios y polinesios, por nombrar unos cuantos pueblos, han transmitido relatos sobre las Siete Hermanas oralmente y a través de la poesía, el arte, la música y la arquitectura.

Las Pléyades se cuentan entre las primeras estrellas mencionadas en la literatura, pues aparecen en unos anales chinos de en torno al 2350 a.C. Las primeras referencias en la literatura europea se encuentran en un poema de Hesíodo del año 1000 a.C. y en la Odisea y la Ilíada de Homero.

La humanidad siempre ha mirado hacia la constelación estelar de las Pléyades para orientarse. Los marineros han dependido de ellas para la navegación y los granjeros para saber cuándo sembrar y recoger sus cosechas: la tribu Zuni de Nuevo México las llamaba las «Estrellas Semilla», y cuando el conjunto desaparecía todas las primaveras, era el momento de sembrar. Otras culturas creen que las Siete Hermanas sembraron el planeta y son las siete madres originales de la tierra.

En la serie de novelas Las Siete Hermanas, las historias de todas ellas se basan fundamentalmente en la mitología griega, pero hay muchas más leyendas a lo largo y ancho del mundo.

Mitología griega

Las Pléyades eran siete hermanas: Maia, Alción, Astérope, Celeno, Taygeta, Electra y Mérope. Sus padres eran Atlas, un titán al que el dios Zeus había encomendado la tarea de sujetar la tierra, y Pléyone, la protectora mitológica de los marineros.

Tras un encuentro fortuito con el cazador Orión, las Pléyades y su madre se convirtieron en objetos de su persecución. Para protegerlas de los implacables acercamientos amorosos de Orión, Zeus las convirtió en una bandada de palomas que después acogió en los cielos. También se rumoreaba que Zeus había engendrado hijos con tres de las hermanas.

Las Siete Hermanas también son conocidas como las «muchachas del agua» o las «doncellas del hielo» debido a su asociación con el agua, ya sean mares, ríos, lluvia, granizo, nieve, hielo o escarcha. Las leyendas griegas suelen referirse a ellas como «Oceánidas». Algunas fuentes aseguran que el nombre «Pléyades» proviene de la antigua palabra griega «plein», que significa «navegar».

Maia: es la hermana mayor, conocida por su asombrosa belleza así como por su gusto por la vida solitaria. La historia dice que, a pesar de su hermosura, era una mujer tímida y retraída que prefería no tener compañía y vivía sola en las cavernas. El nombre «Maia» significa «madre» en latín y, según otras traducciones, también quiere decir «cuidadora» o «Magnífica». Los romanos consideraban a Maia la diosa de la primavera, razón por la que nuestro quinto mes se denomina «mayo». Antiguamente, su estrella brillaba con más fuerza que cualquiera de las otras. Sin embargo, Alción, la estrella de la siguiente hermana, brilla ahora con más intensidad. Algunos dicen que esto simboliza la rivalidad fraternal entre ambas en el pasado.

Alción (Ally): en la mitología griega, Alción, la segunda hermana, era considerada la líder. Durante los días Alción —en los que el mundo estaba lleno de alegría, prosperidad y tranquilidad— vigilaba el mar Mediterráneo para mantenerlo en calma y hacerlo seguro para los navegantes. Ceix, rey de Tesalia e hijo de un lucero de la mañana, y Alción estuvieron casados y entregados el uno al otro hasta el día en que engañaron a Zeus y Hera haciéndose pasar por ellos. Enfurecido, Zeus esperó a que los amantes se separaran para desatar sobre los mares una gran tormenta que hizo que el barco de Ceix volcara y él se ahogase.

Astérope (Star): el nombre griego «Astérope» se traduce como «Star» («Estrella» en inglés) y, obviamente, este resultó ser un precioso apodo para el personaje. Tradicionalmente se la describe como una de las hermanas más débiles, quizá porque esta estrella es una de las dos que brillan con menos intensidad que las demás. Fue la madre de Enómao, cuyo padre era Ares, el dios de la guerra. Algunas versiones del mito aseguran que en realidad Enómao era su marido, no su hijo, y que, después de tener cuatro hijos juntos, él terminó convirtiéndose en rey de Pisa.

Celeno (CeCe): Celeno suele traducirse como «melón» o «moreno». Celeno, como Astérope, brilla con menos fuerza que el resto del grupo, supuestamente porque una vez recibió el impacto de un rayo, según Teón el Joven. Sin embargo, tuvo muchos hijos, entre ellos Lico (lobo) y Quimereo, del titán Prometeo, y Lico y Nicteo, de Poseidón, el rey del mar.

Taygeta (Tiggy): en los mitos, Taygeta, como Maia, valoraba su independencia y vivía sola en la montaña. Zeus también se había fijado en ella y había intentado seducirla. Antes de que pudiera alcanzarla, Taygeta echó a correr hacia los brazos de Artemisa, que la convirtió en cierva para que pudiera escapar de las garras de Zeus. Hércules también trató de cortejarla.

Electra: conocida como la tercera estrella más brillante del grupo, Electra fue madre de cuatro hijos, unos de los cuales fue Dárdano, quien después se convirtió en el fundador de la antigua ciudad de Troya. Algunas fuentes señalan que Electra es la «Pléyade perdida», pues se desvaneció tras la caída de Troya y la muerte de Dárdano.

Mérope (la Hermana Perdida): es la más aceptada como la «Pléyade perdida», pues su estrella fue la última en ser localizada por los astrónomos y es la más débil del grupo, tanto que no se aprecia a simple vista. Algunas leyendas sugieren que desapareció porque se tapaba la cara de vergüenza por haberse casado con un mortal, el rey Sísifo. Otras dicen que se ocultaba porque su marido era un delincuente cuyo castigo fue empujar una pesada piedra montaña arriba hasta el filo del cielo, aunque la roca siempre volvía a caer. Existe aquí una similitud con Atlas, el padre de Mérope, condenado a cargar con el peso del mundo sobre sus hombros.

Nativos americanos: las Siete Muchachas Estelares

En Wyoming, Estados Unidos, se encuentra Mateo Tipi o la Torre del Diablo —como se la conoce actualmente en todo el mundo—, una formación rocosa de 366 metros de altura.

Cuenta la leyenda que la tribu de los kiowa se dirigía al sur para pasar el invierno y acampó junto a un arroyo donde había muchos osos. Un día, siete muchachas estaban jugando corriente abajo cuando, de repente, varios osos empezaron a perseguirlas. Las asustadas jóvenes se subieron a una pequeña roca y pidieron al Gran Espíritu que las protegiera.

El Gran Espíritu escuchó las súplicas de las muchachas e hizo que la roca sobre la que estaban encaramadas creciera hacia arriba, con las paredes prácticamente verticales, para impedir que los osos pudieran apresarlas. Estos, sin embargo, siguieron arañando la piedra con sus garras y dejando profundas marcas, así que la roca creció aún más y empujó a las siete jóvenes hasta las estrellas.

La tribu de los mono del Oeste creía que las Pléyades representaban un grupo de esposas a las que les gustaba demasiado comer cebollas y que fueron expulsadas de casa por sus enojados maridos. Cuando sintieron el peso de la soledad, los maridos salieron a buscarlas, pero fue en vano. Las esposas habían vagado hasta el cielo y se habían convertido en estrellas.

En las tribus de los pies negros de Alberta y Montana, las Pléyades eran conocidas como los Chicos Huérfanos. Los muchachos fueron rechazados por su tribu, pero una manada de lobos los acogió. Descontentos con su vida solitaria en la tierra, los niños pidieron al Gran Espíritu que los dejara jugar en el cielo. Para que no olvidaran su crueldad, tan alejada de la bondad de los animales, la tribu fue condenada a escuchar todas las noches los aullidos de los lobos entristecidos por la pérdida de sus amigos.

Leyendas aborígenes

Las tribus aborígenes del Territorio del Norte llaman a las Siete Hermanas las «muchachas del agua Yunggarmurra». Las hermanas están consideradas las guardianas de la belleza y poseen la magia del amor. A su padre, al que llaman Dunia, lo transformaron en cocodrilo para poner fin a su comportamiento incestuoso. Los aborígenes también creen que las estrellas visten un «abrigo» cubierto de cristales, lo que explica que brillen con tanta fuerza.

La leyenda hindú

Las Pléyades son conocidas en toda la India como Krittika, las esposas de los siete hombres sabios, llamados «Siete Rishis» o «Siete Sabios», o como las seis madres de Murugan, el dios de la guerra, que desarrolló seis caras, una por cada estrella.

Las Seis Hermanas de Japón

En la cultura japonesa, las Pléyades reciben el nombre de «Subaru», y generalmente se considera que son siete. La palabra japonesa «subaru» también significa «unirse» o «unidad». No obstante, cuando la firma de automóviles Subaru eligió este nombre para su negocio, decidió que en el logo aparecieran solo seis estrellas, porque esas son las que se ven a simple vista en el cielo.