Irlanda, pasado y presente

Escribir La hermana perdida supuso una experiencia emotiva para mí, porque sucede en la tierra donde nací y donde he vivido gran parte de mi vida. No solo descubrí más acerca del pasado lejano de Irlanda, sino sobre su turbulenta evolución en los últimos cien años. Al igual que Merry, me siento orgullosa de lo lejos que ha llegado Irlanda en un lapso tan corto de tiempo. Desde la Irlanda de los años veinte de Nuala hasta la de Merry, en los cincuenta y los sesenta, y después, durante los primeros años del nuevo siglo, el país ha experimentado numerosos cambios positivos, y yo he tenido la suerte de vivirlos de primera mano como esposa, madre y novelista.

En La hermana perdida, me centré en la guerra de Independencia y la subsiguiente guerra civil de los años veinte. En la memoria más reciente, el conflicto se convirtió en lo que los irlandeses llamamos «The Troubles», un conflicto que en Irlanda del Norte se prolongó tres décadas, desde los años sesenta hasta los noventa. Fue una campaña terrorista sostenida llevada a cabo por los republicanos y provocada por la frustración creciente que sentía la comunidad católica de Irlanda del Norte. En la batalla de los republicanos con el Estado, murieron tres mil quinientas personas y miles más acabaron en la cárcel.

Al igual que Merry, recuerdo ver por televisión, con lágrimas en los ojos, la firma del Acuerdo de Viernes Santo entre Bertie Ahern, el Taoiseach (jefe del Gobierno irlandés), y los representantes británicos en 1998. Este acontecimiento marcó el inicio del proceso de paz y derribó la frontera «dura» entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, lo que significó que la gente ya podía viajar libremente entre ambas de nuevo.

El cambio más llamativo quizá haya sido la relajación del dominio de la Iglesia desde el final de The Troubles. Durante mi juventud, aún existía una división entre las comunidades católica y protestante, aunque la generación siguiente ha sido capaz de conciliar distintos tipos de fe, y las comunidades se han vuelto paulatinamente más tolerantes.

Poco a poco, el poder cada vez menor de la Iglesia también ha llevado a la mejora en los derechos de la mujer. Toda forma de anticoncepción era ilegal, así que a través de la mirada de mis personajes, escribí acerca del impacto trágico y muy real que esto tenía en las irlandesas. La República de Irlanda dio un paso más: en 2018 se celebró un referéndum acerca del derecho al aborto. Mujeres irlandesas de todo el mundo volvieron a casa para votar y conquistar este derecho, y, con suerte, los embarazos en los que la vida de la madre corre peligro, como el que sufre Maggie en La hermana perdida, pasarán a ser cosa del pasado.

Este cambio de actitud también se ha extendido a la sexualidad. En La hermana perdida, Ambrose habla con Merry de sus sentimientos no correspondidos y de que desearía haber sido joven en la actualidad, cuando habría tenido libertad para vivir abiertamente su homosexualidad. En mayo de 2015, Irlanda se convirtió en el primer país en legalizar mediante votación popular el matrimonio entre dos personas del mismo sexo.

Mientras escribo esto, en 2021, cuesta creer los enormes y radicales cambios que se han producido en apenas unos años. Solo espero que todos ellos sigan ayudando a Irlanda a lo largo del camino hacia una tolerancia completa con todos sus habitantes, y que tanto el país como su gente sean capaces de disfrutar de las libertades por las que tanto han luchado, sin perder su positividad, humor y cordialidad innatos.

Historias reales que aparecen en el libro