Entrevista sobre La hermana sol

1. Electra es muy diferente a sus hermanas y es la que menos ha aparecido en los libros anteriores de esta saga. ¿Le resultó difícil encontrar su voz?
Empecé a escribir La hermana sol por la parte de la historia que se desarrolla en el presente en vez de por el pasado. Quería sumergirme de lleno en la caótica vida de Electra y así conocer mejor su voz. Me preocupaba que a mis lectores les resultara antipática porque en los otros libros la habían visto muy poco; solo sabían de ella que era de enfado fácil, que tenía un problema con las drogas y el alcohol, y que era una supermodelo famosa. Mi intención no era ocultar ninguno de sus defectos, sino mostrar su viaje de autodescubrimiento y rehabilitación, y que poco a poco se fuera rodeando de personas a las que les importaba. Creo que muchos de mis lectores empatizarán con su soledad y su dolor y entenderán que su adicción al alcohol y las drogas era una forma de sobrellevar o de aplacar su angustia. Adoro a Electra. Es divertida, imperfecta e intensamente apasionada, y espero que mis lectores acaben queriéndola tanto como yo.

2. ¿En qué se parece Electra a su homóloga mitológica?
Al igual que su tocaya, Electra es sencillamente «eléctrica». Fue su nombre lo que me inspiró su personalidad, ya que elektra significa «electricidad» y «ámbar», que antaño se creía que era la energía del sol capturada en una piedra. Para mí, eso la resume a la perfección: una energía intensa y poderosa que está atrapada. Una energía capaz de dar vida, pero también de ser autodestructiva. La historia de Electra trata de cómo supera esa parte de sí misma.

3. ¿Sabía desde el principio de la serie que una parte de la historia de Electra se desarrollaría en Kenia? ¿Cómo enfocó su investigación allí?
África siempre ha sido un continente que he querido explorar, y la icónica película Pasiones en Kenia, protagonizada por Greta Scacchi, John Hurt y Charles Dance, hizo que me sintiera atraída por ese país. Me fascinó la vida llena de excesos en el Valle Feliz, esos colonos ricos que convirtieron el lugar en su patio de recreo. También me intrigaba la compleja relación entre los diferentes grupos étnicos que convivían allí: los colonos blancos, los masáis, los kikuyus, los somalíes y los indios.
La investigación sobre los masáis fue ardua, tenía claro que evitaría dar una imagen «turística» de su cultura. Visité la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres y encontré testimonios sobre su cultura escritos por intelectuales masáis, en lugar de por colonizadores blancos.
Después viajé a Kenia y, hablando con la población local, empecé a entender su amor y su respeto por la tierra y su simbiosis con ella. Me llamó mucho la atención la relación de los masáis de principios del siglo XX con algunos colonos blancos, como lord Delamere, que invitaba a jefes masáis a escuchar música en el gramófono de su casa, o Gilbert Colville, quien se convirtió en el ganadero más rico de Kenia gracias a su estrecha relación con los masáis. Él me inspiró el personaje de Bill Forsythe.

4. ¿De qué manera investigó la época colonial de Kenia y cómo integró en la historia los datos obtenidos?
Antes de viajar a Kenia leí la biografía de muchos de los personajes más destacados del grupo del Valle Feliz, como Idina Sackville y Alice de Janzé. Me fascinó especialmente Kiki Preston, una mujer muy enérgica y dinámica para su tiempo. Descubrí que no se había escrito mucho acerca de «la mujer de la aguja de plata» y rastreé todos mis libros en busca de datos sobre ella.

Cuando llegué a Kenia y hablé con las personas que tenían historias que contar sobre la época colonial, me sorprendió lo diferentes que eran sus relatos; está claro que la historia es subjetiva y a menudo contradictoria. Eso dificultó la escritura del libro porque nunca tenía la certeza de qué dato era el más preciso, pero, por otro lado, también me lo hizo más fácil porque, siendo como soy básicamente una autora de ficción, ¡podía usar mi licencia artística para llenar las lagunas! Visitar el Muthaiga Club fue uno de los momentos culminantes del viaje; fue maravilloso estar en el lugar donde esos personajes tan míticos se habían divertido, donde habían bailado, discutido y amado.

5. En La hermana sol se profundiza en el viaje de Electra y en su proceso de rehabilitación. ¿El Rancho está basado en un centro de rehabilitación real?
Quería describir el proceso de rehabilitación de Electra con la mayor exactitud y sensibilidad posibles. Eché mano de las vivencias personales que algunos de mis lectores habían compartido conmigo, a quienes agradezco de todo corazón su sinceridad en lo referente a sus experiencias con la adicción, ya fueran propias o de algún miembro de su familia. El Rancho está inspirado en un centro de rehabilitación de Estados Unidos que visité «de incógnito» con el fin de hacerme una idea de cómo era el día a día de los pacientes. Aprendí que la clave está en crear a diario nuevos hábitos positivos y entender cuál es la causa fundamental que lleva a la gente a depender del abuso de ciertas sustancias.

6. ¿La historia de Electra supuso un desafío mayor que el resto de los libros de la saga?
Ya había abordado temas «potentes» en libros anteriores; escribir sobre los aborígenes australianos en La hermana perla y sobre los gitanos andaluces en La hermana luna fue para mí tan revelador como descorazonador, ya que descubrí que habían sido perseguidos a lo largo de la historia. En este sentido, también La hermana sol habla de personas marginadas, como los masáis, a quienes les han arrebatado sus tierras, los afroamericanos, que tanta desigualdad han sufrido, y los jóvenes adictos a las drogas, para los que tan difícil es encontrar apoyo. Mi investigación me inspiró para poner de relieve esas historias. Por supuesto, también tuve que batallar conmigo misma. ¿Me correspondía a mí, una autora irlandesa blanca, contar esas historias? Sin embargo, hace menos de cien años mis propios ancestros eran considerados «ciudadanos de segunda». Es necesario que se publiquen más obras de autores que pertenezcan a esos grupos marginados, pero entretanto espero haber hecho alguna aportación positiva a sus causas alentando la concienciación.

7. La maternidad es uno de los temas principales de la serie «Las siete hermanas», y en La hermana sol vemos muchos tipos de madres. ¿Cree que hay un modelo de madre ideal?
En mi opinión, la maternidad no es una cuestión de parentesco carnal ni de «perfección»; las madres somos humanas, todas cometemos errores al criar a nuestros hijos. Para mí todo se resume en que amas a tus hijos más que a ti misma y quieres lo mejor para ellos. Cecily es uno de mis personajes favoritos del libro porque la maternidad despierta en ella el deseo de mejorar el mundo a través de la educación; tiene a alguien por quien luchar.

Stella, en el otro lado de la balanza, es un tipo de madre muy distinta: elige anteponer su carrera al bienestar de su hija, debido en parte a sus necesidades económicas. Durante su trayectoria ayuda a miles de personas con su activismo y su campaña a favor de los derechos civiles, pero, irónicamente, su hija sufre como consecuencia de ello.

8. A través de Stella, el lector se familiariza con la lucha de la comunidad afroamericana por los derechos civiles. ¿Cuál fue su planteamiento para abordar este tema?
Sin dar una lección de historia, quería que Electra y mis lectores tomaran conciencia de la lucha que la generación de su abuela había librado para conseguir los derechos civiles de los que ella disfruta en la actualidad. Electra siempre había creído que la historia consistía en las batallas de los antiguos caballeros y damas; no era consciente de que la historia está en la memoria de personas que siguen vivas y nos afecta directamente, a cada uno de nosotros y a nuestra familia. Nuestros mayores tienen mucho que enseñarnos; ellos fueron los verdaderos pioneros del feminismo y de la relativa libertad que las mujeres tenemos hoy en día. Y espero que mis lectores acudan a sus abuelos para preguntarles sobre sus propios viajes.

9. Zed reaparece en La hermana sol y tiene una relación con Electra. ¿Ese fue siempre el plan?
Sé que a muchos de mis lectores les desagrada Zed tanto como a mí, sobre todo después de La hermana luna. Y sí, sabía que aparecería en la vida de Electra. Ese había sido siempre el plan; tanto Zed como su padre, Kreeg Eszu, que se portó muy mal con alguna de las hermanas, representan al dios griego Zeus. De hecho, en el mito griego, ¡Zeus es el padre de algunos de los hijos de Electra! Pero a medida que Electra avanza hacia la rehabilitación, se aleja de Zed, que saca lo peor que hay en ella… ¿Será la última vez que veamos a Zed Eszu? Habrá que esperar para saberlo…

10. ¿Ha superado sus expectativas el fenómeno internacional en el que se ha convertido la serie «Las siete hermanas»?
¡Sin duda! Cuando se me ocurrió la idea y les conté a mis editores que quería escribir una saga basada en Las siete hermanas de las Pléyades me miraron como si estuviera loca de remate. Pero confiaron en mí lo suficiente para dejarme escribir la primera entrega. Esta triunfó y el resto es historia.

El apoyo y el entusiasmo de los lectores me motivan mucho. Me sorprende y me abruma la cantidad de gente que está leyendo la saga en todo el mundo. Son muchas las personas que me escriben para contarme lo importante que es esta saga para ellas, y espero que todos podamos identificarnos de alguna forma con los viajes de las hermanas D’Aplièse, tan diferentes entre sí.

11. La hermana sol tiene un final muy dramático. ¿Qué les espera a las hermanas D’Aplièse en la séptima entrega?
Anhelaba escribir la última frase de La hermana sol desde que empecé la saga en el año 2013, así que fue un momento muy importante para mí. Escribir la saga de «Las siete hermanas» ha sido un viaje maravilloso; aunque la trama ha evolucionado, el misterio del argumento global sigue ahí. Espero que los lectores estén deseando descubrir más cosas sobre el misterio de la hermana desaparecida en el séptimo libro y el hashtag #whoispasalt…